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Robert Gober

robert gober

source: artfinding
Robert Gober (nascido em 12 de setembro de 1954) é um escultor americano. Seu trabalho é muitas vezes relacionada com objetos domésticos e familiares, tais como pias, portas e pernas. Gober nasceu em Wallingford, Connecticut e estudou no Middlebury College, Vermont e da Escola de Arte Tyler em Roma. Vive e trabalha em Nova York e é representado pela Galeria Marcas Mateus. Ele é mais conhecido por suas esculturas, mas também fez fotografias, gravuras e desenhos e tem curadoria de exposições. Mais recentemente, em 2012 Whitney Biennial, ele curadoria de uma sala de pinturas Forrest Bess e materiais de arquivos que tratam da exploração do artista em hermaphrodism. Ele também curadoria “ondas de calor em um pântano: as pinturas de Charles Burchfield” no Hammer Museum, em Los Angeles, em 2009 (que viajou para a Penney Burchfield Art Center, Buffalo e do Museu Whitney de Arte Americana, Nova York, em 2010). Ele teve exposições de seu trabalho na Europa, América do Norte e Japão. Uma de suas séries mais conhecidas de obras de esculturas de pias. Seu trabalho é muitas vezes relacionada com objetos domésticos e familiares, tais como pias, portas, e as pernas, e tem temas da natureza, sexualidade, religião e política. As esculturas são meticulosamente artesanal, mesmo quando eles parecem ser apenas uma re-criação de uma pia comum. Seu trabalho está em coleções de muitos museus, incluindo o Museu Whitney de Arte Americana, O Museu de Arte Moderna de San Francisco Museum of Modern Art, Solomon R. Guggenheim Museum, a Menil Collection, o Tate Modern eo Museu Hirshhorn e Sculpture Garden. Ele representou os Estados Unidos na Bienal de Veneza de 2001 e teve várias exposições de uma pessoa, incluindo-museu, no Museu de Arte Contemporânea, em Los Angeles, o Jeu de Paume, em Paris, e Arte Dia Foundation, de Nova York. Seu trabalho também foi incluída em cinco bienais Whitney. Em 2007, houve uma exposição retrospectiva de sua obra no Schaulager em Basileia. A exposição foi acompanhada por um livro abrangente de suas esculturas intitulado Robert Gober. Esculturas e instalações 1979-2007.
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source: kettererkunstde
Geboren wurde Robert Gober 1954 in Wallingford / Connecticut. Seine Ausbildung absolvierte Robert Gober an der Tyler School of Art in der italienischen Hauptstadt Rom (1973 / 1974) sowie am Middlebury College in Middlebury / Vermont (1974-1976).
Robert Gober begann seine künstlerische Karriere als Maler, entdeckte jedoch schon 1983 die Objektkunst als seine eigentliche Leidenschaft. Seine realistischen, im Formalen minimalistisch reduzierten und klar inszenierten Objekte hinterfragen subtil die amerikanische Illusion der “heilen Welt”. Themen Robert Gobers sind die Gegenstände des “home sweet home” wie Waschbecken, Urinale, Gitterbetten, Sessel, Hundekörbe, Zeitungen, Tapeten und ähnliches, hinzu kommen auch nackte oder teilweise bekleidete, meist männliche Körperteile. Gekonnt spielt Robert Gober mit der vertrauten, anheimelnden Wirkung dieser Objekte, um diese sogleich durch Verfremdung und gezielte Kombinationen in Irritation zu verwandeln. Robert Gober gelingt es auf diesem Wege, verborgene Realitätsschichten hinter dem nur scheinbaren Alltagsidyll sichtbar werden zu lassen.
Anregungen empfing Robert Gober nicht nur von Marcel Duchamps Idee des Readymade und von der Pop Art-Skulptur, sondern auch vom Neo-Conceptualism einer Jenny Holzer, Cindy Sherman oder Sherrie Levine.
Robert Gober lebt und arbeitet seit 1976 in New York.
Robert Gober wurde mit den beginnenden 1990er Jahren zu einer internationalen Berühmtheit und nahm 1992 an der documenta in Kassel und 2001 an der Biennale in Venedig teil. Werke von Robert Gober sind in zahlreichen renommierten Museen und öffentlichen Sammlungen vertreten, darunter die Fundació la Caixa in Barcelona, das New Yorker Guggenheim Museum, die Kunsthalle Hamburg, das Kunstmuseum Basel / Museum für Gegenwartskunst, das Los Angeles County Museum of Art, das Museu Berardo in Lissabon, das Museum Boijmans Van Beuningen in Rotterdam, das Museum Brandhorst in München und das SMAK Gent.
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source: lauragabe94wordpress
Robert Gober’s work focuses around the themes of sexuality, relationships, religion, politics and nature. Working mostly in sculpture, surprisingly Gober doesn’t use found objects as a part of his work, but recreates these found objects himself and handcrafts them in his studios. Objects such as sinks, doors, cribs, chairs and body parts feature heavily in his work but yet all meticulously handmade. All the objects and installations in which Gober creates have a certain humorous element to them be it the half body that sticks out from the wall or the sink that has legs coming out of it. Even though he focuses on very important and controversial topics, the humour that is portrayed makes the work more approachable to a range of audiences. This is something i admire and hope to follow in example of.
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source: culturacolectiva
Robert Gober es un artista norteamericano nacido en Wallingford, Connecticut en 1954, catalogado dentro del arte conceptual y el neo expresionismo americano. Estudió arte y literatura en la Universidad de Middlebury, en Vermont, y la Tyler School of Art, en Roma.
Se traslada a Nueva York en 1976, ciudad donde radica hasta el día de hoy, y donde se haría famoso y expondría por primera vez su trabajo. El inicio de su carrera profesional no es precisamente haciendo arte, pero si ligado a él. Trabaja como carpintero haciendo bastidores para lienzos y pedestales para esculturas, además renueva departamentos y construye casas de muñecas.
Desde pequeño se interesó en la pintura, sería la influencia de los maestros de la época, principalmente de Donald Judd, Carl Andre y Joel Shapiro, que se inclinaría hacia la escultura. Ha hecho algo de fotografía, pero en definitiva la escultura es la que le ha dado notoriedad en el mundo del arte.
Artista abiertamente homosexual, defensor y propulsor de los derechos pro gay desde el mundo del arte. Con una crítica seria y contundente se ha convertido en un referente del mundo del arte. Parte de la exploración de la topografía del cuerpo humano, del cuerpo roto, de la mortandad y de la sexualidad tras el surgimiento del SIDA y su efecto en la sociedad de la década de los ochenta. A partir de la crisis del SIDA parte para transformar los fetiches sexuales del deseo heterosexual y transformarlos en sentimientos de abandono, de duelo y de melancolía homosexual.
Desarrolla su arte como una “re-experimentación de un trauma”, como la representación sintomática de un acontecimiento traumático en el cual el objeto artístico se convierte en la catarsis o el exorcismo de los demonios internos que habitan en el sujeto.
El tema recurrente en sus primeros trabajos fueron los objetos de uso común: lavamanos, puertas, camas, que eran elaborados meticulosamente con una estética hiperrealista a mano. Comenzó con la pintura, cuadros que representaban escenas domésticas sin más ni menos, después comenzaría con la escultura con la misma temática.
“Instalaba sus lavabos en pares inconexos que semejaban parejas o combinaba un par para formar un único objeto, como si de siameses se tratara. Alargaba los lavabos, los combinaba, jugaba con ellos, y con estos cambios pronto empezaron a parecerse más a mutaciones genéticas que a simples reproducciones”.
Como si se trataran de objetos animados en una estética infantil, un poco a la versión de la Bella y la Bestia de Disney, los objetos parecen, incluso, graciosos. Es el caso del Silent sink (1984) que no posee orificio de desagüe, o el Silly sink (1985) que tiene una dimensiones exageradas, o el Sad sink (1985) que con sus perforaciones simula una típica cara triste.
Posteriormente realiza series de camas y cunas de bebés, realizadas en madera y pintadas con esmalte blanco, que incluían su ropa de cama, almohadas, holanes y demás. Algunas modificadas geométricamente o con ligeras inclinaciones que las vuelven funcionalmente inoperantes. Cuestionando así el tema de la formación de la personalidad del sujeto: “Las limitaciones y las expectativas se imponen tanto rigor que el curso de toda la vida, sus experiencias, sus preferencias y su destino final provienen de un supuesto rígida que se debe cumplir a toda costa”.
Es el caso de Social Blond (2004) una cuna abierta por un extremo que cuestiona el límite de la libertad de la persona desde su nacimiento, el cual es catalogado dentro de las normas establecidas por la sociedad, al igual que los patrones sexuales de comportamiento de su género sin dar lugar a cualquier desviación posible. El contrato social firmado al nacer no deja resquicio para una elección libre, cualquier variación a lo establecido siempre generará miradas prejuiciosas.
“Las camas son objetos que complementamos con nuestros propios cuerpos, objetos que de una forma u otra nos transforman. Como la pila que pasa de los sucio a lo limpio, las camas nos convierten de conscientes a inconscientes y vuelven sueños nuestros pensamientos racionales; y las puertas nos transforman en el sentido de llevarnos de un ámbito a otro”.
Michael Foucault nos introduce en el término “sexualidades periféricas” donde explica que cualquier aspecto que se distancia del concepto heterosexual normalizado se califica como negativo o ilegítimo. De esta forma Gober cuestiona los límites de la sexualidad con objetos cotidianos atípicos, como mingitorios en forma de “y” o en diagonal, lavamanos con varias perforaciones o cunas triangulares. ¿Cuál es su sexo, su género, sus deseos, sus prácticas de las personas que utilizarían estos objetos? ¿Quién va a encajar en algo tan raro o disfuncional?
En definitiva las series más provocativas e interesantes a mi juicio son las piezas en resina de partes del cuerpo humano siempre masculinas que aparecen siempre por secciones adosadas a un muro o a un objeto con una estética hiperrealista que eriza la piel.
A menudo estas piezas tienen algo de ropa, pentagramas tatuados, velas, tubos o perforaciones que evocan las intrincadas relaciones del arte con el deseo sexual y la muerte. Su arte siempre parte del recuerdo y del trauma, como cita el artista: “la mayoría de mis esculturas han sido recuerdos rehechos, recombinados y filtrados por mis experiencias actuales”. Reelabora la estética surrealista del deseo fuertemente inclinado a lo heterosexual, hasta convertirlo en un arte de la melancolía o el duelo con un tinte gay: “El arte de la pérdida y la supervivencia en los tiempos del sida”. “Para mí la ciudad de Nueva York la muerte a tomado la delantera temporalmente a la vida”.
Entre sus últimas piezas presentadas destaca la polémica exposición de su obra sin título, 1995/97, donde se representa a una Virgen de cemento, flanqueado por dos maletas de la era de la Depresión de 1929. En la parte posterior una la escalera de madera con una cascada de agua y una cloaca subterránea corre por debajo de todo. O que decir del Crucifix Detail, crucifijo de cemento sin cabeza colocado en unapseudo-capilla en una instalación del 2005 en la Matthew Marks Gallery. Una obra maestra que se echó encima a muchos grupos de ultraderecha del país.
“Gober está a la vanguardia de una generación que surgió en la década de 1980 e ideó nuevas formas de fusionar lo personal y lo político, lo accesible y lo misterioso. Su arte es a veces sutil protesta, a veces furiosos en contra de lo que podría llamarse ilusiones de normalidad, los prejuicios sexuales, raciales y religiosas estos delirios engendran son examinados en su punto de origen, la casa de la infancia”.
Robert Gober retoma la tradición del Ready made de Duchamp pero de manera artesanal, donde cada objeto sin importar la escala es elaborado, pintado y moldeado a mano por él o sus colaboradores rescatando la tradición renacentista del objeto artístico.
Además reivindica y refresca a la escultura contemporánea, la incorporación de temas humanos olvidados por su predecesores que apelaban al racionalismo y la geometría, Gober le da un giro completamente introduciendo temas carnales, sexuales, el deseo y lo homosexual, la nostalgia y la infancia perdida que nos recuerda que estamos vivos.
En cada una de sus piezas resalta la lograda estrategia de apropiación que Gober utiliza por medio del kitsch, en la que se apropia de conceptos cotidianos, mundanos y religiosos para sorprender cada vez más.