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BEA CAMACHO

red hats

source: netlore

А вязальщица Биа Камачо (Bea Camacho) в одном из своих перформенсов завязывает саму себя крючков в красный кокон на глазах у изумленной публики. Кому из нас не хочется иногда взять и окуклиться? Ей же принадлежат красные шапочки на любой рост и Extentions — серия вязаных удлинителей для пальцев.
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source: beacamacho

Like much of my work, this project comes out of my experience of having lived away from my family from the age of eleven. While I was living in America, I crocheted one red hat for each member of my family in the Philippines. The hats were made in different sizes and from memory so that it turned out that some were slightly too big or slightly too small. Each red hat had pom-poms with attaching strings that measure my height. I mailed the hats to my family in the Philippines and asked them to take photographs of themselves wearing the hats. The hats were exhibited together with the photographs taken by my family.
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source: jriggsfineart

Bea Camacho is a visual artist who works with installation, video and performance to explore ideas of distance, absence, memory and loss, often in relation to family and home.
Camacho received her B.A. in Visual and Environmental Studies from Harvard University, where she was awarded the Albert Alcalay Prize for Outstanding work in Studio Art and the David McCord Prize for Achievement in the Arts.
She was selected as an exhibiting artist for the 2006 Asian Contemporary Art Week in New York City and for the 2009 International Women Artists Biennale in Incheon, Korea.
She has exhibited her work in the Philippines, Hong Kong, Singapore, Malaysia, Thailand, Japan, Australia, New Zealand, Italy, Germany, UK and the USA.

Her work has been shown in several institutions, including the National Museum of the Philippines, Metropolitan Museum of Manila, Cultural Center of the Philippines, Hong Kong Cultural Center, Kyoto Art Center, Triennale di Milano Design Museum and the Tate Modern.
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source: mam-st-etiennefr

Bea Camacho est née en 1983 à Manille, aux Philippines. Elle a quitté son pays à l’âge de onze ans pour émigrer vers l’Angleterre, puis est allée étudier aux États-Unis, à l’université d’Harvard, à Cambridge dans le Massachussets.

La performance “Enclose” (enfermer, clôturer, entourer, inclure) est liée à l’expérience de l’émigration qu’elle a vécue dans son enfance. Pendant les onze heures de la performance, l’artiste s’est tricoté une sorte de cocon ou de matrice sur mesure, dans laquelle elle a fini par s’enfermer et s’endormir.

Le choix du tricot est dicté par le besoin d’un médium permettant d’improviser les formes au fur et à mesure du travail. Bea Camacho relie également le travail au tricot avec une certaine vision idéalisée du foyer, du chez-soi et, au-delà, avec l’idée du confort et de l’inconfort, de l’isolement, de la séparation, de l’aliénation.

Le fil de laine rouge, dont elle apprécie la qualité graphique, ne sert pas à lier, mais au contraire à souligner la présence-absence de l’artiste.

La présentation de la performance par l’intermédiaire de photos et d’une vidéo renforce la séparation entre le spectateur et la sphère intime de l’artiste.
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source: eltiempo

“Diferentes personas me decían que tenía que estudiar algo creativo, porque era mi mejor habilidad. Siempre me incliné por administración de empresas, pero fue la gente la que terminó convenciéndome y después de pensarlo mucho me decidí por el diseño de modas”, dice. Las dudas nacieron porque a pesar de que este oficio sí encajaba con sus cualidades, no se parecía mucho a su personalidad, pues confiesa que es tímida y retraída y la moda nada tiene de eso.
Recién terminó el bachilletaro en el gimnasio Cartagena de Indias, se fue directo a Boston a estudiar en el New Bury School of Fashion desing, una escuela de diseño de modas. Fueron tres años que disfrutó a pesar de que estuvo sola, ni siquiera regresó al país en época de vacaciones. “Siempre traté de visitar otros lugares, a las afueras de la ciudad como Providence y Salem. Aproveché al máximo esa oportunidad de la que le estoy muy agradecida con mi papá, quien fue el que realmente me ayudó a descubrir el trabajo para el cual estaba llamada”.
La vida lejos de su casa no terminó en Estados Unidos. Luego de finalizar su formación en diseño, Beatriz tenía que encontrarse con ese primer sueño de convertirse en administradora. Por eso partió para Roma a estudiar, en la escuela Callegari, patronaje y organización de la producción industrial, pues, según ella, aunque la moda se entienda al lado de lo fashion y todo sea muy bonito, hay que aterrizarla y parte de la realidad está en los negocios, en saber cómo se hace una hoja de costo, cómo se organiza un proyecto, etc. Pero además, allí se enamoró del arte, pues “Roma es una ciudad que estimula por todos los lados”, dice. La moda la siguió persiguiendo. Recuerda que después de la escuela se iba para las tiendas de los grandes diseñadores y observaba las prendas por el derecho y el revés con una minuciosidad exquisita, pues esta era otra forma de aprender.
Otros tres años sin regresar a casa. Había llegado la hora de volver, definitivamente deseó encontrar su punto de retorno, de origen. Beatriz, entonces, llega a Cartagena, su tierra natal, desde allí comenzaría su carrera y una nueva vida, pues el amor consiguió anclarla en un solo sitio.