JAMES BONACHEA
Sonrisa infinita (Endless smile)
source: mytogallery
Sancti Spiritu, Cuba, 1977, Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México.
Una de las tensiones más interesantes en la obra de Jimmy Bonachea es la que se da precisamente entre el espacio público (que es el escenario) y las exigencias de su presencia en el mundo de las convenciones del arte. En la calle se vuelve invisible cuando los que le rodean, sin saber que presencian arte, tratan de descifrar el significado de sus acciones y al no poder encontrarles ninguno convencional, le ponen en la misma categoría invisible (por inestimable) de los locos.
El está pero no está. Trabaja con el espacio público pero no habla sobre, ni con el espacio público, ni siquiera es accesible a ese público de la calle. Tiene mucha mas cantidad de espectadores de los que podría tener en un museo, pero no habla ni con ni de ellos; el diálogo es en y desde su propio mundo. Jimmy se asegura de que no hay nada que les pueda sugerir, a quienes lo presencian en la calle, que es arte lo que hace. Y es que a Jimmy le interesa la zona de indefinición del arte: desde ahí trabaja mientras está tanto o más seducido con los personajes callejeros y por las gentes comunes que por las obras artísticas. El ve el performance como una manera de vida más que como un medio establecido de hacer arte.
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source: mytogallery
Born in Sancti Spiritus, Cuba in 1977, Currently lives and works in Mexico City.
One of the most interesting tensions in his work is the one that rises precisely between the public space (which is his stage) and the demand of his presence in the world of art conventions. In the streets he becomes invisible when all the individuals who surround him without any notion of being witnessing art, try to detect the meaning of his actions, and unable to find any conventional meaning they become invisible again (because they cannot be measured).
He is there but he isn’t. He works with the public space but doesn’t talk about or with the public space, he is not even accessible to such street public. He has more spectators than any museum, but he doesn’t speak with or about them; the dialog is from and in his own world. Jimmy claims that there is nothing that can suggest to the people who see him that is art what he is performing. Jimmy is interested in the indefinition zone of art, he works there, more seduced by the street characters and the common people than the art works. He sees performance as a way of life more than an established way of doing art.