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山海塾

Kagemi: Beyond the Metaphor of Mirrors

sankai juku   Kagemi  Beyond the Metaphor of Mirrors

source: danzaballet

“Kagemi” comienza con la aparición de Ushio Amagatsu que se ubica al centro de un círculo de arena negra del que se aleja dejando sus huellas sobre un gran cuadrado blanco.

En el piso, inmaculadas hojas blancas de loto flotan en hileras. Siete bailarines, entre los que se incluye el coreógrafo, con cabezas rapadas, empolvados de blanco, vistiendo largas túnicas anudadas atrás se recuestan sobre ellas.

Es el principio de un sueño mágico en el que se dibujará un universo que recorre desde el grotesco original del Butoh y la elegancia noble, hasta las cenizas de la bomba atómica lanzada sobre Japón, por el que nos conducirán estas criaturas fascinantes que serán a la vez ángeles y demonios, masculinos y femeninos, brutales y dulces, carnales y etéreos. Con gran belleza, que se desarrolla en un marco minimalista, este espectáculo indaga sobre las transformaciones de las cosas, lo idéntico y lo opuesto, impulsado por un deseo intenso de conocer.

Ushio Amagatsu hace más de veinte años desarrolla una búsqueda poética y existencial en relación con la danza. Sus obras se convierten en un lugar de meditación placentero sobre este arte lleno de misterio, surgido como una de las primeras expresiones del hombre
otras disciplinas Ushio Amagatsu: la base de mi danza es la universalidad
SANKAI JUKU- KAGEMI – Photo Credit: Jacques Denarnaud
Sankai Juku

Sankai Juku significa “taller de la montaña y el mar”, dos elementos básicos de la topografía japonesa. Fue creada en 1975 bajo la dirección de Ushio Amagatsu que pertenece a la segunda generación de bailarines de Butoh. La danza Butoh, creada por Hijikata y Kazuo Ono, transcendió las reacciones de la generación post-Hiroshima de los ’60 y logró difundir en Japón un enfoque radical dentro de esta disciplina artística contemporánea.
Para Amagatsu, Butoh no es meramente una técnica nueva o un estilo académico, sino una manera de llegar, a través del lenguaje corporal, a lo profundo del ser humano: al sentido común, a la serena universalidad, incluso a la crueldad o a la brutalidad. Sin embargo esta percepción puede ser distinta en cada individuo. La búsqueda personal de Amagatsu está relacionada con un Diálogo con la gravedad que es el título de su libro editado por Actes Sud en 2001.

Antes de iniciarse en la práctica de Butoh, Amagatsu se entrenó en la Escuela de Danza Moderna y Clásica de Tokio. En 1975, dictó una serie de talleres para encontrar a los bailarines de su compañía. De los treinta que empezaron sólo quedaron tres hombres al finalizar el primer año. Sankai Juku se popularizó entonces como una compañía de hombres y comenzó a realizar presentaciones en teatros pequeños y en lugares vanguardistas. Su primera producción importante fue Kinkan shonen (1978) que reveló la nueva dirección artística que Amagatsu le había dado al Butoh: una imagen más clara y telúrica en la que la fuerza de cada expresión individual, de cada movimiento y de cada emoción interior se nutre del origen del mundo para mostrar una aceptación apasionada de la vida, la muerte y la universalidad.

En 1980 Sankai Juku fue invitada por primera vez a Europa para participar en el Festival de Nancy. Desde entonces, realizó giras por ese continente, Asia y América del Sur y por países como Estados Unidos y Australia. Sus miembros viven y preparan sus nuevos trabajos en Japón, pero desde 1983 sus producciones son finalizadas en Francia y estrenadas en el Théâtre de la Ville de París.

Ushio Amagatsu
Nació en Yokosuka, Japón, en 1949. Fundó la compañía de Butoh Sankai Juku en 1975. Creó las piezas Amagatsu sho (1977), Kinkan shonen (1978), Sholiba (1979), antes de su primera gira mundial en 1980. En 1981 creó Bakki para el Festival de Avignon. En el Théâtre de la Ville de París ha presentado sucesivamente Jomon sho (1982), Netsu no katachi (1984), Unetsu (1986), Shijima (1988), Omote (1991), Yuragi (1993), Hiyomeki (1995), Hibiki (1998), Kagemi (2000), Utsuri (2003) y Toki (2005). En 1988, invitado por la Fundación Jacob’s Pillow de Estados Unidos, creó Fushi con música de Philip Glass. Al año siguiente fue nombrado director artístico del Spiral Hall de Tokio en el que dirigió Apocalypse (1989) y Fifth-V (1990) para bailarines norteamericanos.
En 1992 fue presidente del jurado del Encuentro Internacional de Danza de Bagnolet y fue nombrado “Caballero de la Orden de las Artes y las Letras” por el Ministerio de Cultura de Francia. En 1997 dirigió Bluebeard’s Castle de Bartok, que tuvo a Peter Eotvos en la dirección orquestal, en el Tokio International Forum. Un año más tarde dirigió el estreno mundial de la ópera Tres hermanas, también de Eotvos, en la Ópera Nacional de Lyon, Francia, obra que recibió el Premio del Sindicato Nacional de la Crítica de Francia y se presentó en la temporada 2001-2002 en el Théâtre du Châtelet de París, en el Théâtre Royal de la Monnaie de Bruselas, en la Ópera Nacional de Lyon y en el Wiener Festwochen 2002 de Austria. En 2002, Hibiki ganó el Premio Laurence Olivier a la “Mejor producción de nueva danza”.
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source: dancepressgr

Το “Kagemi” παρουσιάστηκε για πρώτη φορά το 2000 στο Théâtre De la Ville στο Παρίσι, ενώ η πρεμιέρα της παράστασης στην Ιαπωνία, έγινε το 2001. Στη συνέχεια φιλοξενήθηκε σε θέατρα και διεθνή Φεστιβάλ σε πολλές πόλεις της Ιαπωνίας και της Γαλλίας, ενώ την παρακολούθησαν θεατές σε μεγάλα θέατρα όπως το New Sadler’s Wells στο Λονδίνο, το Théâtre du Passage στο Neuchatel της Ελβετίας, το Dansens Hus στη Στοκχόλμη, το Volkstheater στη Βιέννη. Ακολούθησαν παραστάσεις στο Μπουένος Αϊρες, τη Μελβούρνη, τη Σεούλ, το Σάο Πάολο και το Πουέρτο Ρίκο.

Η Ομάδα Χορού Sankai Juku δημιουργήθηκε το 1975 από τον Ushio Amagatsu ο οποίος ανήκει στη δεύτερη γενιά των χορευτών της μεθόδου Butoh. Από το 1981, η Γαλλία και το Théâtre de la Ville στο Παρίσι, αποτελούν τόπους δημιουργίας και δουλειάς του. Για τον Amagatsu, το Butoh δεν είναι απλώς μια τεχνική ή ένα στυλ, αλλά η άρθρωση μιας ολοκληρωμένης σωματικής γλώσσας που διερευνά τα βάθη της ανθρώπινης ύπαρξης με στόχο να φέρει στην επιφάνεια τον κοινό σε όλους τους ανθρώπους τόπο της συμπαντικής γαλήνης, ακόμα κι αν οι μέθοδοι που χρησιμοποιεί γίνονται ιδιαίτερα σκληρές ακόμα και ωμές. Οι χορογραφίες του Amagatsu προσέδωσαν στο Butoh μια πιο διάφανη εικόνα. Η δύναμη σε κάθε έκφραση, σε κάθε χειρονομία, σε κάθε κίνηση και συναίσθημα τρέφεται από τα πρωταρχικά στοιχεία του κόσμου για να μπορέσει να δείξει μια παθιασμένη αντίληψη της ζωής, του θανάτου και της παγκοσμιότητας.

Προτού αρχίσει την ενασχόληση του με το Butoh, ο Ushio Amagatsu είχε σπουδάσει στο Classic and Modern Dance School στο Τόκιο. Οι Sankai Juku, που ξεκίνησαν ως ανδρική ομάδα, έδιναν τις παραστάσεις τους σε αβανγκάρντ μικρά θέατρα του Τόκιο. Για πρώτη φορά προσκλήθηκαν στην Ευρώπη το 1980 στο Φεστιβάλ του Νανσύ και από εκείνη τη στιγμή ανοίχτηκε γι’ αυτούς μια διεθνής καριέρα θριάμβων σε όλες τις ηπείρους.
Το Butoh αποτέλεσε το θεμέλιο μίας ριζοσπαστικής προσέγγισης της τέχνης του Ιαπωνικού χορού. Είναι ένας κώδικας χορευτικής έκφρασης που πρωτοεμφανίστηκε στην Ιαπωνία στα τέλη της δεκαετίας του ’50 ως αντίδραση των νέων στη μεταπολεμική τάση προσέγγισης στο αμερικανικό μοντέλο, παρά την ακόμα νωπή εμπειρία του πυρηνικού ολοκαυτώματος στη Χιροσίμα και στο Ναγκασάκι.

“Kagemi”
Σε ένα σκηνικό όπου δεσπόζουν λευκά λουλούδια λωτού, 7 χορευτές ντυμένοι στα λευκά, υπερσκελίζοντας με την υπνωτιστική, ελλειπτική κίνησή τους τη γραμμή που διαχωρίζει δράση και αδράνεια, ερμηνεύουν 7 σκηνές, όμοιες μεταξύ τους αλλά ποτέ ίδιες, καθώς η μια φαίνεται να αναδύεται μέσα από την προηγούμενη: ο τίτλος Kagemi αναλύεται περίπου ως «ιδείν και ιδέσθαι», κάτι που ενισχύεται από την εικονογραφία που δημιουργεί η κίνηση παραπέμποντας σε σκιές και καθρέφτες, καθώς και η έντονη παρουσία νερού (στη σκηνική και ηχητική σύλληψη) παραπέμπει σε αντικατοπτρισμούς.
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source: dancapos-moderna2blogspot

A companhia Sankai Juku foi criada em 1975 por AMAGATSU Ushio (diretor, coreógrafo e designer), nascido em Yokosuka, Japão em 1949, antes de dançar butô formou-se na escola de dança clássica e moderna de Tókio. “Kage, em kagemi”.

A companhia Sankai Juku é uma das principais herdeiras da tradição do mestre Hikijata criador do butô, juntamente com outro grande mestre “Kazuo Ohno”, que surgiram como uma espécie de ruptura com tudo o que se produzia no Japão antes da Segunda Guerra Mundial.

Figurinos vistosos ou nenhum figurino, cabeça raspada, maquiagem branca e cenários intrigantes são pontos característicos do trabalho da companhia. Assim como somente a presença de bailarinos “homens” no elenco, chamando a atenção para sua estética marcante.

Movimentações lentas, suas hipnóticas passagens, seus movimentos minúsculos ou nenhum movimento, assim como: posturas, expressões faciais, gestos e formas corporais contorcidas, caracterizam o trabalho da companhia pesquisada.
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source: 62centerwilliamsedu

The Butoh masterpiece Kagemi: Beyond the Metaphor of Mirrors is a spellbinding work of otherworldly grace from the great Ushio Amagatsu. The piece plays out as seven strikingly costumed dancers perform seven scenes whose imagery ranges from sand to water to ash to blood. Kagemi’s themes include human beings’ relationship to nature and our place in the world; while its meaning is ultimately ineffable, its impact is undeniable.

Founded by artistic director Ushio Amagatsu in 1975, Sankai Juku is a progressive Butoh dance company from Japan with a storied history of international touring. Butoh, a modern form that originated in post-WWII Japan, encompasses wide variations in style. Its unifying characteristics are strong elements of metaphor and a specific aesthetic. Ushio Amagatsu is one of the most innovative and respected artists in Butoh history. Sankai Juku has performed in more than 40 countries around the world and has premiered a new piece on a constant pace, approximately once every two years, at Paris’ Theatre de la Ville.
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source: impulstanz

“Kagemi” In “Kagemi”, einer Arbeit aus dem Jahr 2000, gestattet der Choreograf Einblicke in eine Welt “jenseits der Metaphern des Spiegels” (so der Untertitel des Stücks). Und wieder entstehen phantastische, flutende Bilder. In sieben Szenen verfließen Wasser, Wind und Tanz, Echo und Licht, Leere und Fülle, zu einer faszinierenden Bühnenkomposition, die, wie alle Werke Amagatsus, eine ganz unkonventionelle Sicht auf die Tanzform Butoh bietet. Hier erweitert sich dieser “Tanz der Finsternis” und nimmt eine Universalität an, wie sie nur in der klaren Ästhetik der alten japanischen Kultur zu finden ist.
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source: ghostdeep

Japan’s renowned dance troupe Sankai Juku touched stage at UCLA’s Royce Hall last night, using its butoh patterns to mirror the evolutions of history, the tensions of civilization and the timeless call of nature. The main metaphor of Kagemi that conveyed this message was a floating field of giant lotus pads that gently rose and fell. Wrapped in this context, the silent dancers, dressed and painted in white, moved like ghosts that mirrored the natural elements, animal behavior, the power of industry and the mystery of time itself.

The dancers first rested under the lotus pads, which twirled almost imperceptibly. Rising above on wires, the leaves defied gravity as the dancers began to billow underneath like weeds at the bottom of a stream. Soft, pulsating sounds carefully lifted their movements, opening their bodies like blooming flowers.

Opening Kagemi up was the sublime music of Yoichiro Yoshikawa and Takashi Kako. The composition “Manebi – Two Mirrors” fluttered to an endless phrasing of little taiko drums, mapping time through a tunnel of moving points to and from an infinite origin. Skin-drum tones hit multiple points in all four dimensions, using rhythm and harmony together. Like stark constellations they repeated intermittently in a call and response with the mind, accenting the taiko cycling below, approximating groove and arousing the heart to the vast expanses of tribal consciousness.

After a flurry of rhythmic movements, alternating in geometic patterns, more strident sounds followed, supporting the dancers’ increasingly abstract language. Mimicking the facial expressions of surprised and listless apes, three of the troupe switched between calm and manic behavior in repeating sets. Those familiar with Japan’s Three Wise Monkeys that “see no evil, hear no evil, speak no evil,” might have caught a humanist reference.

Sankai Juku at Festival Internacional Cervantino in Guanajuato, Mexico. Photo by Carlos de las Piedras.

The music evolving into rougher textures, the dancers’ movements suggested the mindless march of the machine, at once more erratic, more repetitive and more rigid. Unsettling electric guitar accompanied a change of energy and costume, the dancers becoming mirror holograms of reality, donned in long, soot-splotched coats roving round and round like gears in a factory.

Some onlookers left the hall as the tangled images and sounds reached an almost unbearable peak, its building intensity and oppressive order forcing onlookers to examine the most elemental paths of the psyche. For myself, the biracial tug of my Asian and European roots pulled me deep down into an awareness of my global origins, two hemispheres locked in a ping pong match.

Here was the humanity of the message in director Ushio Amagatsu’s Kagemi at work: “The Kage of Kagemi is shadow,” he writes in the program. “The light of contrast, the image in the mirror of water’s surface. The mi is seeing and being seen. Some say Kagemi is the ancient origin of ‘mirror’ (kagemi). In light, the surface that reflects and is reflected, looked into and looking back, surface beginning in the horizontal water plane and transforming to the perpendicular face” — a textual overlay to the speechless drama drifting below the lotus leaves and the water’s surface.

Flowing back in like dust motes, the dancers moved in painfully slow gestures, bending, rolling, flowering, until anxiety subsided and delight emerged. “Agitation and Sedimentation” marked an unforgettable end, music without drums reaching the cloudy heights, lifting with warm currents of air and water, slowly evolving into joy. In this floating world, the lotus petals returned to the earth, Sankai Juku ballooning in slow motion like underwater clouds of river sand, over and over until sleep triumphed. Time had found its tranquil pool, the stillness along its banks allowing clear, moonlit reflections.

Dancers rest under lotus leaves. Image from Sankai Juku site.

As the ripples of its reflective energy subsided and the dancers bowed in the same slow grace, the audience erupted in the greatest applause I can remember, a standing ovation and whistles greeting the dancers in a hall where they had brought time to a standstill. It was as if the patient fluidity of their expressions were one and the same with the shores of reality, transforming how we sensed the present.

It was a generous gift beyond words, a plea to slow down in this global information age, to pull out of its emotional addictions and stare back in awe at nature through art, to see through the crystallized confines of our artificial world. “From an ambiguous and transient state to one clearly outlined, the right hand asks, the left hand answers, once an imaginary surface is defined,” Amagatsu concludes in his poem.

According to the program, Kagemi‘s lotus design was inspired by a meeting between Amagatsu and Mr. Riho Senba, the head master of the “Koryushooukai” school of Ikebana — the art of Japanese flower arrangement.

Making connections with techno and ambient culture — the tribal patterns of electronic dancers reflecting their own spirits through intricate movements of the body — it is heartening and yet not so surprising that fine art, modern art, and popular art are sifting through the same sediments for truth, our cauliflower brains inverted in the outward life of plants and dance.

Like the constellation lines in “Two Mirrors,” they interlocked in conversation. “The story of our time,” they seemed to say, “At root, is a story of identity.”
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source: teatroalfa

Sankai Juku significa literalmente “o ateliê (oficina) da montanha e do mar”, como referência a esses dois elementos determinantes da topografia do Japão.

Esse foi o nome escolhido pela mais renomada e reconhecida companhia de dança contemporânea japonesa, uma das maiores expressões da dança na Ásia e uma referência na cena internacional, criada por Ushio Amagatsu há quase quatro décadas.

Amagatsu é um dos maiores nomes do butô, dança que começou a ter expressão no pós-guerra do Japão.

O butô busca uma forma de expressão não necessariamente coreografada, nem presa aos cânones que remetam a uma técnica específica. Sua linguagem procura a individualidade, a expressão do que o ser humano tem de verdadeiro em sua alma, por meio da libertação das convenções, das formas que determinam os movimentos do corpo e do pensamento.
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source: dancapos-moderna2

A companhia Sankai Juku foi criada em 1975 por AMAGATSU Ushio (diretor, coreógrafo e designer), nascido em Yokosuka, Japão em 1949, antes de dançar butô formou-se na escola de dança clássica e moderna de Tókio. “Kage, em kagemi”.

A companhia Sankai Juku é uma das principais herdeiras da tradição do mestre Hikijata criador do butô, juntamente com outro grande mestre “Kazuo Ohno”, que surgiram como uma espécie de ruptura com tudo o que se produzia no Japão antes da Segunda Guerra Mundial.

Figurinos vistosos ou nenhum figurino, cabeça raspada, maquiagem branca e cenários intrigantes são pontos característicos do trabalho da companhia. Assim como somente a presença de bailarinos “homens” no elenco, chamando a atenção para sua estética marcante.

Movimentações lentas, suas hipnóticas passagens, seus movimentos minúsculos ou nenhum movimento, assim como: posturas, expressões faciais, gestos e formas corporais contorcidas, caracterizam o trabalho da companhia pesquisada.
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source: perdiemfr

Sankai Juku a été formé en 1975 par Ushio Amagatsu qui fait partie de la deuxième génération de danseurs Buto ; Tatsumi Hijikata et Kazuo Ohno en étant les pères fondateurs.

Le Buto est une forme qui transcende les réactions de la génération « post-Hiroshima » au Japon et qui jette les bases d’une approche radicale de la danse contemporaine japonaise à partir de la fin des années 50.

En 1975, Amagatsu entame une série de longs stages sur plusieurs mois pour former sa propre compagnie. Des 30 garçons et filles du début il ne restera à la fin que 3 hommes. Sankai Juku sera donc masculin !

Son nom signifie littéralement « l’atelier de la montagne et de la mer » par référence à ces deux éléments déterminants de la topologie du Japon.
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source: sfgate

Sankai Juku, the all-male Japanese dance troupe that made so many Americans aware of the expressionistic dance form known as butoh, has returned with two works for a weeklong crawl through Bay Area dance theaters. A very slow crawl.

Founded in 1975 and still directed by Ushio Amagatsu, the troupe has left its mark in this country since its debut at the 1984 Los Angeles Olympic Arts Festival. Because the look, choreography and measured rhythm vary little among Sankai Juku’s full-evening creations, one tends to recall them by their physical trappings; what was the name of that piece with a live rabbit perched in a basket atop a flagpole? But once you’ve been exposed, the troupe is impossible to shake from the mind.
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source: ejjewebliojp

山海塾(さんかいじゅく)は、1975年に設立された天児牛大(あまがつ うしお)主宰の舞踏グループ。日本国外での評価が高く、世界のコンテンポラリーダンスの最高峰である パリ市立劇場 (Theatre de la Ville, Paris) を拠点として、およそ2年に一度のペースで新しい作品を発表し続けている。1980年に日本国外での公演を開始して以来、世界43ヶ国のべ700都市以上で公演を行っている。