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HANNAH WILKE

ハンナ・ウィルケ

source: hannahwilke

Hannah Wilke is known for her photographic work of performances in which she used her own body, and she established herself as both the artist and the subject of her work. Wilke created “Hannah Wilke Super-t-Art” using 20 images from her 1974 live perfomance at the Kitchen, New York, and she created the 1976 photographic triptych “Gestures,” using stills from her 1974 videotaped performance. Wilke coined the term “Performalist Self-Portrait” to describe photographic work she created and directed others to photograph, including the 1975 “S.O.S. Starification Object Series,” “I Object, Memoirs of a Sugar Giver,”1977, “So Help Me Hannah,” 1978, and “Intra Venus,” 1993.

In 1977, Wilke created the diptych, “Appearances/Arlene Hannah Butter,” using an image taken by her sister in 1954 and the S.O.S. photograph of her that had been used on the cover of the magazine, Appearances. Wilke used another S.O.S. photograph for her iconic 1977 political poster and silkscreen work on plexiglas, “Marxism & Art.” Wilke herself was behind the camera in much of her work, such as “California Series,”1976, “Hannah Wilke Monument,”1976, and the images of her mother in “Portrait of the Artist with her Mother, Selma Butter,” “Seura Chaya,” “Selma Butter,” and “In Memoriam,” all photographic work that Wilke created between 1978 and 1982 during her mother’s long illness with cancer. Wilke also photographed the abstract images with text and photographs of others she used in the photographic installation “Advertisements for Living, 1966-1984.”
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source: geifcoorg

Hanna Wilke, artista norteamericana (Nueva York 1940-1993) pionera en los años setenta de la aproximación feminista al arte y de la lucha por acabar con la inexistencia de la mujer en el ámbito artístico. La muestra acoge 60 obras, en un recorrido que comienza por sus primeros dibujos y esculturas y se adentra en las diferentes técnicas y cuestiones que abordó a lo largo de su trayectoria artística. Wilke se inició en el arte como escultora, técnica que practicó con materiales tradicionales (cerámica) y otros enteramente novedosos (chicle, goma de borrar, látex); pero además abordó con intensidad la performance, la fotografía, el vídeo, la pintura y el dibujo. Criticada e incomprendida por sectores del feminismo más radical de la época, su cuerpo se erigió en el centro de su arte, su biografía personal fue su inspiración artística y su lucha política en el seno del feminismo constituyó el engranaje en el que se articuló su obra. “Exchange Values” (el título, prestado de Marx y utilizado por la artista en una de sus performances, tiene una doble interpretación: “valores de cambio” o el imperativo “cambia de valores”) es la primera exposición de Hannah Wilke en España y una de las escasas oportunidades de ver un conjunto amplio de su obra en Europa. La exposición es una producción de ARTIUM que se acompaña de una serie de conferencias y un ciclo de cine independiente que enmarcan el contexto artístico de Hannah Wilke.

Hannah Wilke perteneció a la primera generación de artistas americanas feministas que de manera consciente dedicaron buena parte de sus energías a sacar a la luz su situación de desigualdad o mejor dicho de ausencia en el ámbito social y artístico, dominado por un arraigado discurso patriarcal. En los años setenta, Wilke y otras muchas reivindicaron a través de su arte el reconocimiento de la especificidad de su género y la posición de mujer sujeto frente a la de mujer objeto que había ocupado tradicionalmente en la historia del arte. En ese sentido, la imagen de la vagina se convirtió en un elemento clave en la expresión artística de estas mujeres, un icono que les permitía distanciarse de sus colegas varones y, paralelamente, para rescatar el sexo femenino de su consideración como algo pecaminoso o como mero símbolo de fertilidad.

Este es el contexto en el que se desarrolló el trabajo de Hannah Wilke. Su propio cuerpo, y por extensión su propia vida, se convirtió en el elemento clave que permitió a Wilke abordar asuntos de carácter universal (algunos de ellos de enorme actualidad hoy en día) a lo largo de toda su trayectoria: la defensa de la diversidad cultural, religiosa o étnica, la denuncia tanto de la opresión de la mujer como del fanatismo feminista, la dignidad de la vida humana, el dolor, la enfermedad o la muerte.

” Hannah Wilke. Exchange Values” se organiza en cuatro grandes ejes temáticos que mantienen asismismo un cierto sentido cronológico. La muestra comienza con sus trabajos iniciales, dibujos y especialmente esculturas en cerámica, látex y chicle. Wilke fue la primera artista que, a finales de los 60, incorporó la iconografía vaginal a sus obras: vaginas creadas conmateriales diversos, de diferentes tamaños, en serie o aisladas, pegadas sobre el suelo, sobre la pared, en postales o fotografías, todas distintas y singulares.
Una segunda estación en la muestra acoge el testimonio de sus performances, vídeos y fotografías, obras en las que Hannah Wilke convierte su cuerpo en el eje de su arte y su principal herramienta de trabajo. Estas obras, consecuencia de la exploración de nuevas formas de expresión como contraposición al mito del genio artístico masculino, corresponden a la vez, al momento de mayor empuje de su compromiso frente al sistema patriarcal vigente. En ellas, Wilke cuestiona, desde la ironía y desde su cuerpo desnudo, el rol social de la mujer y los estereotipos de la belleza y la feminidad (“S.O.S. Starification Object Series”), el fanatismo feminista radical (“Marxism and Art”), la depreciación del trabajo artístico femenino frente al masculino (“So Help Me Hannah”), y el papel de la mujer en la representación artística como objeto pasivo (“I Object”).

Testamento vital

En 1978, Hannah Wilke supo que su madre padecía cáncer y abandonó temporalmente su trabajo para cuidar de ella. Su muerte le llevó a presentar en 1984 una exposición en la que, además de rendir homenaje a su madre, Wilke reflexionaba sobre la fragilidad y la vulnerabilidad del ser humano, sobre la fugacidad de la vida, sobre el ciclo sin fin de la existencia. Este es el cuarto hito de la exposición, donde pueden verse fotografías, dibujos y esculturas. Aquí, las esculturas vaginales parecen haberse reproducido, como las células sanas para crear nueva vida o, paradójicamente, como las cancerígenas para acabar con ella.

Lo autobiográfico recorre toda la exposición, y se hace especialmente patente en el cuarto capítulo de “Exchange Values”. Pocos años después de la muerte de su madre, Hannah Wilke recibe también un diagóstico de cáncer. Durante los seis años que precedieron a su muerte, Wilke intensificó su actividad artística, en parte como una terapia para sobrellevar el sufrimiento, de donde surge la serie “Intra Venus”. Mientras luchaba contra la enfermedad, realizó a diario dibujos de su rostro y sus manos que le ayudaban a comprender la transformación que estaba experimentando, creó esculturas con objetos médicos y realizó más de 3.000 fotografías y 30 horas de grabaciones en vídeo. “Intra Venus” es, de alguna manera, el testamento artístico y vital de Hannah Wilke.

Dado que la biografía personal de Wilke tuvo un enorme impacto en el desarrollo de sus obras, ARTIUM ha preparado al final de la exposición una sección documental dedicada a su vida. Fotografías de su vida personal y artística, vídeos, entrevistas e incluso la grabación de una canción de corte feminista realizada Hannah Wilke. El área documental se completa con un amplio dossier de la artista norteamericana.

ARTIUM ha organizado asimismo un ciclo de cine y otro de conferencias con el fin de contextualizar la exposición y las obras de Hannah Wilke. Las artistas Carolee Schneeman y Martha Rosler, feministas que desarrollaron su carrera en la tensa década de los 70, la historiadora del arte Maite Garbayo y la profesora de Historia del Cine Garbiñe Ortega, situarán el entorno, tanto social como creativo, en el que se desarrolló la obra de Wilke. La conferencia de Garbiñe Ortega servirá además de prólogo al ciclo de cine independiente de los años 70, titulado “La ruptura del sueño americano”, con una selección de películas que muestran mostrará la crisis social, política y moral de la sociedad americana de una época en la que Hannah Wilke abordaba los mismos temas desde su militancia feminista.
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source: martagabrieliblogspotcombr

Hannah Wilke è nata a New York nel 1940. Ha sempre vissuto nella città nordamericana, fino alla morte per linfoma nel 1993. Il suo lavoro è presente nei più grandi musei di Arte Americana Contemporanea, a partire dal Guggenheim, Moma e Whitney Museum di NewYork, a quelli di Los Angeles e Minneapolis. Una grande retrospettiva del suo lavoro è stata organizzata l’anno scorso dall’ Artrium-Centro Museo Vasco de Arte Contemporaneo di Vitoria, in Spagna, e più recentemente nella mostra WACK! Art and the Feminist Revolution al Museum of Contemporary Art di Los Angeles, che ha riscosso un enorme successo di critica e di pubblico.