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One Life Remains: André Berlemont, Kevin Lesur, Brice Roy & Franck Weber

FILE SAO PAULO 2017
LES DISCIPLINES DU RECTANGLE
Inspired by Michel Foucault’s work, Les disciplines du rectangle is a videogame proposition about the nature of rules and norms at the digital age. If society provides models of accomplishment we are supposed to fit inside, then the rectangle is the pure abstraction of this idea. The geometrical shape works as a symbol of the very nature of normativity, blind to individual differences. The rectangle, existing only on the screen, reveals how digital technologies can in some ways become the new location for this normativity and the ambivalent results of their intangible and invisible nature. Besides, the installation offers an occasion to think about the way games can become manipulation tools. The fact that in the end, players act as if they were piloted by the rectangle (an inversion of the traditional relationship between player and avatar) gives an aesthetical highlight to this.

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Inspirado en el trabajo de Michel Foucault, Les disciplines du rectangle es una propuesta de videojuego sobre la naturaleza de las reglas y normas en la era digital. Si la sociedad proporciona modelos de realización en los que se supone que encajamos, entonces el rectángulo es la pura abstracción de esta idea. La forma geométrica funciona como símbolo de la naturaleza misma de la normatividad, ciega a las diferencias individuales. El rectángulo, que existe solo en la pantalla, revela cómo las tecnologías digitales pueden convertirse de alguna manera en la nueva ubicación de esta normatividad y los resultados ambivalentes de su naturaleza intangible e invisible. Además, la instalación ofrece la oportunidad de pensar en cómo los juegos pueden convertirse en herramientas de manipulación. El hecho de que, al final, los jugadores actúen como si fueran piloteados por el rectángulo (una inversión de la relación tradicional entre jugador y avatar) le da un toque estético a esto.

 

TOYO ITO

تويو ايتو
伊东丰雄
טויו איטו
伊東豊雄
도요 이토
Serpentine Pavilion

“Otro ejemplo de esta evolución estructural es el pabellón que proyecté en el verano de 2002 para la Serpentine Gallery de Londres, una follie que duraba sólo tres meses y que hice en colaboración con el ingeniero Cecil Balmond. Balmond llama “estructura no lineal” a sus ideas. La forma usual de analizar estructuralmente un cubo de 18 metros de lado es primeramente dividir en cuartos cada cara y después subdividir cada cuarto en cuartos. En lugar de ello, el método de análisis de Balmond implicaba inscribir cuadrados telescópicos, uno dentro del siguiente, manteniendo las líneas continuas de fuerza que pueden extenderse sobre las caras verticales del cubo en una proliferación de líneas “al azar”. Se elimina así la necesidad de cualquier estructura inicial de pilares y vigas, pues en esta estructura no hay distinción alguna entre pilar, viga o arriostramiento. Siguiendo esta vía, este esquema promete suprimir las jerarquías espaciales existentes liberando a la arquitectura de su larga y pesada historia para ofrecernos una apertura cada vez mayor. Del mismo modo, el hecho que fuese una estructura temporal, que existió sólo durante tres meses, significaba que no se necesitaba puerta alguna y tan sólo algunos de los huecos debían acristalarse de un modo muy sutil. Esto también permitió que los visitantes disfrutaran del espacio relajadamente intentamos construir con cierta libertad. El pabellón de la Serpentine Gallery, el pabellón de Brujas y el edificio TOD de Aoyama son todos intencionalmente abiertos. Cecil Balmond es un genio de la geometría que tiene su propia y excepcional lógica. Justo hace poco tuve una larga conversación telefónica con él sobre un proyecto que estamos haciendo en Inglaterra y le pregunté:”¿no podríamos simplemente dibujar líneas al azar sin girar el cuadrado como hicimos en la Serpentine Gallery?”. Pero él insistía: “No, necesitas un algoritmo. Tienes que girar el cuadrado de acuerdo con alguna regla”. Es extraño, incluso las líneas dibujadas al azar recurren a las costumbres. Las reglas hacen algoritmos. Al manipular las reglas obtienes cosas que nunca hubieras pensado”.

Tacit Group

61/6 altavoces
Tacit Group es un grupo de performance audiovisual que se ha formado en 2008 para crear un trabajo centrado en lo algorítmico y audiovisual. Su arte algorítmico se centra en el proceso más que en el resultado. Crean código matemático, sistemas que utilizan principios y reglas, e improvisan actuaciones en el escenario utilizando los sistemas. Durante la actuación, los sistemas se revelan visual y sonoramente, para que el público pueda escuchar con sus ojos, como la forma en que vemos “El Grito” de Edvard Munch (Noruega, 1863-1944). Las imágenes son parte integral del trabajo de Tacit Group como compositores y artistas de los medios. Esperan que al mostrar no solo la pieza terminada, sino el proceso de charlar o jugar que la genera, involucren a sus espectadores más intensamente y rompan la división convencional entre los artistas intérpretes o ejecutantes y los miembros de la audiencia. Ninguno de sus trabajos se completa nunca. Actualizan continuamente los sistemas subyacentes y se inspiran en su práctica de programación informática. Como artistas de nuestra era, Tacit Group descubre posibilidades artísticas en la tecnología.

Robert Breer

Float
The Floats – or floating sculptures – that Robert Breer took up producing again at the end of the 1990s, emerged in 1965. The word “float” meaning something floating – a marker, fishing float or buoy – and which also describes those carnival vehicles whose pretend wheels give them the appearance of floating above the tarmac, enabled Robert Breer to apply this principle to works of a new genre. Primary shapes, neutral colours and, for the most recent, an industrial aspect, the Floats were then made with polystyrene, foam, painted plywood, and, more latterly, out of fibreglass. At first glance, these simple structures appear immobile. In fact, they are moving, imperceptibly, within the space they inhabit. Motorised and on mini-rollers – which raise them slightly above ground, giving them an air of weightlessness – they glide unbeknown to the visitor, following random paths that are interrupted by the slightest obstacle that they encounter.

RUAIRI GLYNN

루아리 글린
Performative Ecologies
Each one of the four crude and very technically appearing devices is fitted with a punctually attached, luminous rod of fibreglass, which moves back and forth arrhythmically and freely. This installation’s poetry lies in the choreography of the little robots. They continuously try to gain the observers attention and impress him by waving their luminous tails. They recognise the reactions and movements of their human audience, learn from failure and share their experience with their robotic neighbours – a social structure of humans and machines.
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JENNIFER RUBELL

جنيفر روبل
제니퍼 루벨
ジェニファールベル
Portrait of the Artist

Jennifer Rubell, the American artist and niece of Studio 54 co-founder Steve Rubell, brings a maternal touch to this year’s Frieze Art Fair with her autobiographical piece Portrait of the Artist. The pristine white nude, cast from steel-reinforced fibreglass, reclines like an odalisque at the Stephen Friedman Gallery stand. The sculpture is a replica of Rubell’s own eight-months-pregnant body, except it is eight metres high: the large belly, which is carved out to leave an egg-shaped void, can accommodate a fully grown adult. Spectators are able to clamber into the artwork and curl up inside as if they are the artist’s unborn child.Rubell’s intention was to create a monumental gesture of unconditional motherly love. There is a feminist statement here, too: Rubell has appropriated a style and scale historically reserved for male leaders to show, she says, “an emotion that is intensely personal and un-heroic”. The artist adds that watching members of the Frieze audience enter in the sculpture’s womb is “tremendously satisfying” – in her eyes the enlarged form was “incomplete until the first viewer entered”. Amid the hustle of Frieze’s mini-city there is something undeniably appealing about the opportunity to put your feet up in the foetal position in the name of art. Not to mention the comfort factor.